Vacher es un artista francés que ha proporcionado fondos, el desarrollo visual y dirección de arte de Disney, Dreamworks, Universal Studios y la industria de la animación desde 1989.Trabajó en muchos estudios de animación pequeños antes de unirse con sede en París Disney unidad de animación durante tres años, donde pintó fondos para tales películas de animación como "El jorobado de Notre Dame", "Runaway Brain" y se desempeñó como jefe del fondo para la función de 1995 "A Goofy Movie". De trasladarse a California en 1996, continuó su asociación con Disney, donde sus créditos han incluido la pintura antecedentes y el arte conceptual de "dinosaurio", "Hércules", "Tarzán", el Firebird de Stravinsky final de "Fantasía 2000" y "El planeta del tesoro" . También trabajó en "Shark Tale" Dreamworks "hacer arte conceptual y pinturas.En 2004, se convirtió en director de arte, primero en un centro de gravedad película animada corta de Arts Studio en Los Angeles, y luego para el segmento de animación de la película de acción real de Disney "Enchanted", y, finalmente, para la película CG "9", producida por Tim Burton y dirigida por Shane Acker, para lo cual recibió una nominación Premios Annie 2010 (el equivalente de los premios de la Academia de Animación) en la categoría de "Mejor Diseño de Producción para una producción de películas". Él trabajó por unos meses como diseñador de producción en la próxima película de "Heroes and Monsters" y como artista de desarrollo visual para los estudios Universal en "Despicable Me". Actualmente está trabajando en los estudios de Hasbro en la serie televisiva de animación CG "Transformers Prime" por la que ganó un premio Emmy en 2011.
Pablo Solari por Adrian G Basualdo Un largo y solitario camino La mirada clara de Pablo Solari custodia el paisaje raigal del barrio porteño de Flores, donde nació en abril de 1953. Un lugar de avenidas transitadas, como aquella Juan Bautista Alberdi en la que medio siglo atrás estuviera su casa natal, o la San Pedrito en la que hoy tiene el taller que comparte con "Monchi", el gato blanco que pasea con gracia por entre colores y pinceles, pero también de calles recoletas, de adoquines adecuados para el fútbol entre amigos y la lectura compartida de los libros de aventuras de la colección Robin Hood. Una infancia con eje en la vida familiar, donde la presencia de Italia se materializaba en padres y abuelos inmigrantes recientes, originarios de la Toscana, que se resistían a dejar su lengua y sus costumbres, sus canciones y el sobrevuelo de las melodías de Puccini y de Verdi cuyos ecos aun tienen vigencia en las mañanas frescas de este invierno de 2003. L
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