Ron Di Scenza nació en Ohio en 1954. Sus padres eran inmigrantes italianos. DiScenza le concedió una beca y obtuvo su licenciatura en Bellas Artes, en la Escuela de Artes Visuales de Nueva York. Luego pasó a convertirse en un artista editorial independiente, produciendo el trabajo de los editores bien conocidos, los sellos discográficos y para la revista Time. Durante unas vacaciones en Italia en 1995 en la ciudad natal de sus padres, él estaba tan atraído por la belleza del paisaje y al pueblo italiano que se inspiró para quedarse y pintura. Mientras que en Italia conoció a su esposa María. Ellos viven en la provincia montañosa y pintoresca ciudad de Molise, Italia. "Siempre he tenido una fascinación con la luz del sol, la forma en que ilumina y transforma los objetos en una multitud de colores y texturas. Esto es especialmente así en Italia", dice DiScenza ", y es probable que sea característico de todo mi trabajo, ya sea es figurativa o paisajes. tengo afecto por todos los tipos de pintura, de la apretada técnica a los grandes gestos de los impresionistas, como Sargent. Mi trabajo más reciente se inspira en la belleza de las mujeres y su misterio. Me encanta llevar a mi a los espectadores una fuente de placer a través de una combinación de dibujo realista y la pintura impresionista. Se me permite transmitir no sólo lo que veo, sino también lo que me imagino. "
Pablo Solari por Adrian G Basualdo Un largo y solitario camino La mirada clara de Pablo Solari custodia el paisaje raigal del barrio porteño de Flores, donde nació en abril de 1953. Un lugar de avenidas transitadas, como aquella Juan Bautista Alberdi en la que medio siglo atrás estuviera su casa natal, o la San Pedrito en la que hoy tiene el taller que comparte con "Monchi", el gato blanco que pasea con gracia por entre colores y pinceles, pero también de calles recoletas, de adoquines adecuados para el fútbol entre amigos y la lectura compartida de los libros de aventuras de la colección Robin Hood. Una infancia con eje en la vida familiar, donde la presencia de Italia se materializaba en padres y abuelos inmigrantes recientes, originarios de la Toscana, que se resistían a dejar su lengua y sus costumbres, sus canciones y el sobrevuelo de las melodías de Puccini y de Verdi cuyos ecos aun tienen vigencia en las mañanas frescas de este invierno de 2003. L
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